Necesitando refrescarme, me dirijo a mi vecino lugar.Inesperadamente, él me arrincona, sus manos recorriendo mi cuerpo.Su intensidad me agobia mientras me toma por detrás, dejándome respirando agitado.
Estaba pensando en mi propio negocio cuando mi vecino se ladro a mi lugar, sus ojos se llenaron de lujuria.Era un hombre alto, de piel oscura, su acento caribeño tan exótico como sus raíces caribeñas.Lo había visto por la ciudad, pero nunca esperó esto.Era insistente, sus manos vagando por mi cuerpo, su aliento caliente contra mi oído.Intenté resistirme, pero no tomaría un no por respuesta.Su gruesa polla argentina ya estaba pulsando de anticipación, y la hundió profundamente dentro de mí, cruda y sin filtros.Era una follada salvaje, una folada violenta que me dejó jadeando y pidiendo más.Me tomó por detrás, mi culo rojo y crudo de la cogida implacable.Eraun paseo salvaje, primario, una mezcla de placer y dolor que me dejaba sin aliento y con ganas de más.